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Cómo tratar las manchas solares en la cara

Cómo asegurarse de que esa mancha no sea algo más grave, como cáncer de piel.

Las manchas solares, esas marcas que no son pecas ni lunares, son un indicativo de que has pasado un buen tiempo bajo el sol. Según la Dra. Mona Gohara, profesora clínica asociada de dermatología en la Facultad de Medicina de Yale, «las manchas solares son la respuesta de la piel a la exposición diaria a los rayos ultravioleta». Estas pequeñas lesiones redondas y planas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque con mayor frecuencia se presentan en el rostro. Por lo general, tienen un tono canela o marrón claro y pueden llegar a medir hasta el tamaño de la yema de un dedo.

También conocidas como lentigos solares, manchas hepáticas (aunque no tienen relación con el hígado) o manchas de la edad, estas marcas tienden a hacer su aparición después de los 40 años.

¿Te preocupa el aspecto de tus manchas solares o temes que puedan evolucionar hacia algo más grave, como el cáncer de piel? Continúa leyendo para obtener información esencial sobre las manchas solares en el rostro y descubrir cómo tratarlas y prevenirlas.

¿Qué causa las manchas solares?

Las manchas solares son un signo claro de fotoenvejecimiento, es decir, el envejecimiento prematuro de la piel debido a la exposición a los rayos ultravioleta. Estas marcas son una forma de hiperpigmentación, que se caracteriza por áreas de la piel más oscuras que su tono natural. La hiperpigmentación ocurre cuando las células de la piel producen un exceso de melanina, el pigmento que determina el color de la piel. Si tu piel ha estado expuesta durante años a los rayos UV, es probable que se produzca melanina en exceso o en concentraciones elevadas, según la Clínica Mayo. Esto, a su vez, da lugar a la formación de manchas solares. Cuanto mayor sea el daño causado por el sol, mayor será el riesgo de desarrollar manchas solares, e incluso se ha informado que quemaduras solares graves pueden ser responsables de su aparición, según la Escuela de Medicina de Harvard.

La presencia de manchas solares es más común en personas de piel clara, aunque se estima que alrededor del 90% de las personas de piel blanca tienen manchas solares al llegar a los 60 años. Sin embargo, las personas con tonos de piel más oscuros también pueden desarrollarlas. La genética y la cantidad acumulativa de daño solar a lo largo de la vida son factores determinantes para la aparición y cantidad de manchas solares, según el Dr. Whitney A. High, profesor de dermatología y patología, y director de dermatopatología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado en Aurora, Colorado.

Tratamiento de las manchas solares

Existen varias opciones para eliminar o reducir la apariencia de las manchas solares, y es importante consultar a un dermatólogo para determinar cuál es la mejor para ti. Algunos de los tratamientos incluyen:

  1. Medicamentos tópicos recetados: Como los retinoides, que pueden ser muy efectivos. La vitamina C también se utiliza a veces para detener la producción de melanina y reducir la hiperpigmentación. Es fundamental seguir las recomendaciones de tu médico en cuanto a la elección del medicamento adecuado.
  2. Terapia con láser: Esta opción utiliza la tecnología láser para eliminar o reducir la apariencia de las manchas solares.
  3. Micropeeling: Un tratamiento que exfolia suavemente la capa superior de la piel, ayudando a eliminar las manchas solares.

Es importante tener en cuenta que incluso después de un tratamiento exitoso, si vuelves a exponer tu piel al sol sin protección adecuada, las manchas solares pueden regresar. La prevención es clave, y el Dr. Rogers advierte: «Nunca te expongas al sol para broncearte. Utiliza un protector solar de amplio espectro cada vez que estés al aire libre, aplicándolo en cualquier parte de tu cuerpo expuesta al sol».

Además, proteger tu piel del sol no solo ayuda a prevenir la aparición de nuevas manchas solares, sino que también es esencial para reducir el riesgo de daño solar a largo plazo y el desarrollo de problemas graves como el cáncer de piel.

Si tu médico te ha recomendado vitamina C para ayudar a minimizar las manchas solares, también puedes considerarla como parte de tu cuidado preventivo. «Un suero de vitamina C puede ayudar a prevenir la aparición de manchas solares», señala el Dr. Rogers. «Les digo a mis pacientes que apliquen tres capas de protección: suero, crema hidratante y protector solar». Además, es crucial tomar medidas para proteger tu piel del sol, como evitar la exposición durante los momentos más intensos del día (entre las 10 a. m. y las 4 p. m.), usar un sombrero de ala ancha y buscar sombra cuando sea posible.

«Las manchas solares son uno de los primeros signos de daño solar», enfatiza el Dr. Gohara. Sin embargo, al tomar estas medidas inteligentes, puedes evitar que se conviertan en un problema persistente.

Manchas solares vs. cáncer de piel

Es importante destacar que las manchas solares, por sí solas, no representan un riesgo para la salud. No obstante, en casos raros, una mancha solar puede evolucionar hacia un melanoma. Las manchas solares que son más grandes de 1 a 2 centímetros tienen un mayor potencial de convertirse en melanoma. El Dr. High señala que, en general, este proceso no ocurre de manera súbita y que algunos expertos afirman que un lentigo maligno puede tardar de 30 a 50 años en desarrollarse por completo.

A pesar de su bajo riesgo, es importante estar atento a cualquier cambio en las manchas solares. La Dra. Heather D. Rogers, profesora clínica asistente de dermatología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en Seattle, brinda algunas pautas para diferenciar entre manchas solares y melanoma: «Las manchas solares tienen bordes uniformes y lisos, mientras que el melanoma presenta bordes irregulares. Además, en cuanto al color, las manchas solares pueden oscurecerse en verano debido a la mayor exposición al sol, pero se aclararán en invierno. Sin embargo, nunca serán de color negro, como podría ser el melanoma. De hecho, el 95% de los melanomas son de color oscuro, mientras que las manchas solares tienden a ser más oscuras que la piel normal, pero siguen estando dentro del rango de tonos marrones más claros».

A pesar de la baja probabilidad de que una mancha solar se convierta en melanoma, es importante no correr riesgos innecesarios. El Dr. Gohara aconseja: «Cualquier cambio que notes en tu piel, como un aumento de tamaño o intensidad de color, o si presenta bordes irregulares, debería ser evaluado por tu dermatólogo». La Fundación del Cáncer de Piel también recomienda que cualquier lesión del tamaño de un borrador de lápiz o más grande sea examinada por un profesional.